La Hermandad de los Humeros tiene una larga tradición musical que ha venido desarrollándose a lo largo de los siglos. Si bien, son los campanilleros la principal de sus aportaciones, en su seno se han desarrollado grupos tanto corales como flamencos.
Los Campanilleros de los Humeros
Como cualquier Rosario Público, la Hermandad de los Humeros contó desde su fundación con cantores encargados de solemnizar el rezo diario con cantos apropiados. Estos grupos, formados generalmente por voces masculinas, ya que las mujeres no podías asistir a estas reuniones, salía antes del alba llamando a las puertas de los vecinos para que dejaran el sueño y acudieran a la oración. Acompañados de campanas, encargadas de marcar el compás, iban recorriendo el arrabal para concluir en la capilla donde el rezo se disponía salir.
Organizada la comitiva se dividían en dos coros siguiendo el modelo de la liturgia de las horas para alternar el canto de las avemarías del rosario. Antes de cada misterio se interpretaban coplas alusivas al pasaje evangélico que se contemplaba ayudando a los fieles a reflexionar sobre él.
No poseemos testimonios documentales de esta época pero se ha mantenido por tradición oral la existencia de Campanilleros en los Humeros desde la antigüedad. Es por ello que en la década de los años veinte – treinta del pasado siglo XX, siendo Hermano Mayor D. Enrique Gómez Millán, se retomó esta antigua tradición rosariana.
Fue de esta forma como se desarrolló en el seno de la Hermandad un coro de campanilleros formado, como suele ser frecuente, por voces masculinas acompañadas de instrumentación. Esta iniciativa se propone en un Cabildo de 10 de agosto de 1924, siendo el Hermano Mayor quien respalda la idea, ofreciéndose a costear todos los útiles necesarios.
En un recorte de prensa del Noticiario Sevillano de 21 de octubre de 1924, al hablar del Rosario de la Aurora de ese año, se refiere al coro que nos ocupa y al mismo tiempo comenta que aún existen “antiguos campanilleros”, ya ancianos, que presencian el piadoso acto. Contó con gran popularidad en la ciudad, asistiendo a numerosos actos, destacando en la Navidad de 1925, cuando acompañó a una de las carrozas de los Reyes Magos de la cabalgata organizada por el Ateneo de Sevilla. En este mismo año, el mismo periódico hacía una crítica en cuanto al auge que había tomado este fenómeno comentando que la gran proliferación de estos grupos corales no respondía siempre al concepto clásico, poniendo el ejemplo del coro que nos ocupa como de los más ortodoxos.
De manera autónoma, en noviembre de 1924 se aprueban sus estatutos, donde queda reglado su funcionamiento. El coro está formado por socios que obligatoriamente debieran ser hermanos de la Hermandad, los cuales se dividen en tres grupos o categorías: de número, aspirantes y protectores. Se fijó en 12 el número de componentes de este grupo.
Dependiente en última instancia de la Junta de Gobierno de la Hermandad, representada en cada una de las reuniones por el Hermano Mayor, por entonces D. Enrique Gómez Millán, goza de autonomía en su gobierno. Para ello se estipula una Junta Directiva formada por un Presidente, Tesorero, Secretario y Vocal o Director de Coro.
En el año 1925 contaban con 13 campanillas, 2 panderetas, 2 triángulos, 2 castañuelas, el cántaro, el aparato de cascabeles y el tubo de caña.
Suelen participar en todos los actos que organiza la Hermandad. En el año 1924 cantan la Misa del Gallo, siendo felicitados por la Junta de Gobierno. En enero de 1925 participan en la Cabalgata de Reyes y visitan el Hospicio de la ciudad.
Las actas de Cabildo de este momento demuestran la vida intensa que se venía desarrollando en el seno de la Hermandad. En este momento se organiza una Asociación de mujeres, constituida en septiembre de 1924, con el fin de organizar y engrandecer los cultos que se celebren en la capilla. La asociación se organiza con una junta con sus cargos (Presidenta 1ª y 2ª, Vicepresidenta, Secretaria, Fiscala y 3 vocales). La mayoría de ellas eran camareras de las imágenes de la capilla, como la presidenta Dª Aurora Balbontín, quien lo fue de la Santísima Virgen del Rosario, y Doña Antonia Limón (Presidenta Segunda), de San Antonio de Padua.
Las mujeres, que no podían pertenecer al coro de campanilleros, formado sólo por hombres, organizaron en 1924 las Jornaditas celebradas del 18 al 24 de diciembre, en la capilla, donde se conmemora los pasos que dio la Virgen hasta llegar a Belén, para lo que se instaló un Belén en el Altar Mayor
Desgraciadamente, a partir de la segunda mitad del siglo XX, coincidiendo con el decaimiento de la Hermandad, el Coro desaparece. Tenemos que llegar al año 2000 para ver de nuevo el resurgir de esta tradición que ahora se encuentra en su momento más álgido.
Partiendo desde el Coro flamenco, fundado en la Hermandad por un grupo de jóvenes en 1990, varios miembros de este grupo empezaron a interesarse por el mundo de los campanilleros con el fin de recuperar esta práctica en la corporación. Para ello se procedió a un minucioso estudio de las diversas manifestaciones que aún hoy perduran en los pueblos andaluces y murcianos, recuperando así tanto las antiguas ‘tonás’ como las numerosísimas letras. Poco a poco se fue configurando todo un cancionero añadiéndose a él las coplas de principio del siglo XX que se conservaban en el Archivo.
Este nuevo coro mantiene la línea del clasicismo en cuanto a las músicas, instrumentación y juego de voces, siendo aquí la única variante, ya que el actual grupo está formado por voces mixtas con la participación esporádica de voces blancas.
En el año 2000, con motivo de la celebración de los XX años de reorganización de la Hermandad, se estrenan en el Rosario de la Aurora, que en esta ocasión tuvo lugar el día 7 de octubre, las coplas de campanilleros de la Aurora. Este hecho que muy celebrado en el seno de la corporación quedando así constituido para los sucesivos años. A partir de entonces se va incrementando el patrimonio musical.
En el año 2003 se celebra por primera vez ‘la campanilla’ por las calles del arrabal. Desde la plaza Blasco de Garay, acompañados por los faroles el rosario, el coro de campanilleros recorrió el barrio convocando a los vecinos para participar del rezo.
A partir de este momento el coro ya está consolidado y es solicitado por otras hermandades para la participación en sus cultos. Cabe destacar la participación en el año de 2004 en el Congreso Internacional del rosario celebrado en Sevilla.
Finalmente en 2007, tras varios años de investigación, se realiza en el Monasterio de Santa Rosalía de Pobres Hermanas Clarisas Capuchinas la celebración de las ‘Jornaditas’.
En el año 2017 participó en la clausura del I Congreso Nacional del Rosario organizado por los PP. Dominicos de Sevilla.
El Coro de Campanilleros de la Hermandad se sigue esforzando por colaborar activamente en la recuperación de este patrimonio tan propio y característico de los Rosarios Públicos.
La reorganización del Coro de la Hermandad
El 27 de enero de 1990, por iniciativa de un grupo de niños, se forma, en el seno de la Hermandad, un coro, que por sus edades (entre 10 y 15 años) participaban en las misas dominicales, oficiadas por el capellán Don José Manuel García Junco, quien siempre apoyó esta idea.
Con la llegada de un nutrido grupo de jóvenes a la Hermandad, en el año 1994, se decide instituir formalmente el Coro de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de los Humeros, con el único objetivo de participar en los cultos de Regla que se celebraran.
En estos primeros años se organiza anualmente en la capilla dos conciertos, uno para las fiestas de la Virgen, en octubre y otro, en Navidad, donde se interpretan las nuevas composiciones del repertorio. Plegarias, rumbas, sevillanas… interpretadas con acompañamiento de guitarras, palillos, aro y cántaro, van configurando el patrimonio musical que analizaremos a continuación.
El coro comienza a acudir a otras hermandades, que lo solicitan para hacerlo partícipe en sus cultos, así como para dar conciertos, asistir a obras sociales, etc. Bajo la Dirección de D. José Juan Pérez Rodríguez, alma mater del coro, sigue en la actualidad este grupo de hermanos dando testimonio del buen hacer, rindiendo en sus interpretaciones culto público a los titulares de la Hermandad.
Desde que el coro adquiriera carácter oficial, con el paso del tiempo fue incrementando el Patrimonio musical de la Hermandad, tanto en letras como en melodías, siendo éstas compuestas, en su mayoría, por el hermano y director del coro José Juan Pérez Rodríguez, para un único fin: exaltar a los titulares de la Hermandad y todo aquello que conlleva a expresar los más profundos sentimientos, relacionados con vivencias, recuerdos, emociones que dejan traslucir el fervor y la devoción.
Se ha de aclarar que gran parte del repertorio musical está dedicado a la Santísima Virgen, no con ello el Cristo de la Paz queda en el olvido. Sería un error pensar tal argumento, aunque no exista una partitura dedicada íntegramente al Señor, no obstante, se advierte en varias composiciones, reiteradamente, la palabra “paz”, aludiendo a tan querida imagen. Así por ejemplo en el estribillo de uno de los misterios gloriosos se puede apreciar: “… Paz en tus manos/ se extiende a nosotros/ tus alas divinas/ no nos abandones/ hasta el fin de nuestros días.”
Debido al empeño en la continuidad de actividades y en busca de una personalidad que lo defina, el coro aúna sus deseos de cantar temas propios. Por estos motivos, en 1996 surgen las primeras composiciones: Manto carmesí (Plegaria a compás de tres por cuatro en tono menor) y Va llegando Octubre (Rumba por mayores). A partir de este momento encuentra su sello abriendo una nueva etapa en la que, con compases flamencos, se podía escuchar aquello de “… Que ya va llegando octubre / ve engalanando la calle / que un suspiro se estremece / mi barrio pronuncia una salve…”
En 1997, tras la restauración de la Virgen, se realiza su traslado desde la parroquia de San Isidoro. Para esta ocasión, el coro la recibió con Mientras se aleja y unas sevillanas de corte popular por mayores: Se oyen piropos.
En el concierto de ese mismo año se estrenan numerosas piezas: Un año más, sevillana por mayores, Espejo de belleza y Amor entre mis amores, sevillanas de estilo lento para escuchar, con acordes menores. Recuerdos, rumba. La plegaria pausada Mi medalla y una original bulería Reluce luna.
En la Función Principal de Instituto se estrena la primera composición de los cantos litúrgicos: Ten Piedad y Gloria por rumba en tonos menores, Aleluya con el texto del Magníficat, a los compases de bulería, un ofertorio por sevillanas, Traigo de mis cultivos; el Santo y el Codero. Llegada la Navidad, en la misa del gallo, donde el coro participa todos los años, se presenta el primer villancico al compás de tangos: Del Rosal de María.
Siguiendo la misma línea, en 1998, con una personalidad clara y definida se continúa con la labor, llevando a gala el nombre de la Hermandad y asistiendo a los cultos de otras corporaciones. En octubre, un nuevo concierto incrementa el patrimonio. Destacamos en esta ocasión los Misterios del Rosario, un juego de sevillanas, por menores, donde se enuncian los pasajes que aluden a los Misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos. Asimismo podemos mencionar como nuevas sevillanas: Señala mi calendario, Toques de una campana y la rumba Miles de colores. En el repertorio litúrgico: Te ofrecemos las uvas y trigos (ofertorio), Que Tú eres santo y un aleluya Te exaltare Señor, cuyo texto está tomado del Libro de los Salmos.
El día 7 de octubre de este mismo año, el Sacerdote D. Cristóbal Figuero del Campo, capellán de la Hermandad, bendijo la Salve a Nuestra Señora del Rosario, compuesta por D. José Juan Pérez. Éste es uno de los máximos alcances de este período, siendo plenamente aceptada en todos los sectores de la Hermandad, aprobada por cuantos sacerdotes entendidos en la materia la examinaron. Se entona en todas las misa o actos culturales que se celebran en la capilla en honor de la Virgen. Se ha convertido en la oración por excelencia con la que los fieles se dirigen a Nuestra Señora del Rosario.
En Navidad se adquieren nuevos villancicos: Cuna de flores (tanguillos), Nana de los Humeros (Soleá), Descansa mi Niño (plegaria a compás de tres por cuatro alternado con notas mayores y menores), Dicen los Humeros (Rumba) y unas sevillanas Suenan Villancicos.
En el año 1999 el coro sigue en la misma línea y, como viene siendo habitual para los conciertos de Octubre y Navidad, se presentan nuevas composiciones. En el primero de ellos temas como Flor de los Humeros, Lo saben, Quiero soñar (sevillanas) y Desde mi barrio (Rumba). En la Pascua con Humeros por Navidad, ¿Qué te pasa luna? y ¡Ay, Jesús!, se aumenta la nómina de villancicos. Para la liturgia, nuevas composiciones: un ofertorio Atiende nuestros cultivos, (tientos–tangos) y un Aleluya por colombianas, para Navidad.
En el 2000, año de reflexión y etapa de estudio sobre la nueva personalidad del coro, se pretende, con la evolución de los tiempos y según los ideales, depurar el estilo y la imagen, no sólo musical sino también física (con cierto toque sevillano, evitando el recargamiento propio del estilo rociero y ferial). Musicalmente se inclinó por sones pausados, melosos, aunque siempre con una base flamenca. En este año se recupera los antiguos campanilleros del Rosario de la Aurora, mediante un minucioso estudio, que ha dado como fruto la obtención de las antiguas tonás con su instrumentación apropiada (campanillas, cascabeles, pandero, cántaro, triángulo y guitarras). En la actualidad, se sigue con esta línea de investigación que permita recuperar plenamente esta práctica, tan arraigada en nuestra corporación a principios del siglo pasado.
En 2002 crece el repertorio tanto en sevillanas Sueños de cabecera, rumbas Un nuevo cantar y plegarias Hoy he vuelto a recordarte. Para la liturgia se estrenó en la Función Principal de este año una nueva misa, formada por un canto de entrada Promesas de Fe, Ten piedad, ofertorio Por el calor, Santo, Canto de Comunión ¡Oh! Buen Jesús y un Cordero de Dios. Para el besamanos de mayo de 2003, se estrenó una misa completa titulada Misa de Rosas, compuesta en su mayoría por Eva María Pérez Rodríguez, formada por Ten Piedad, Gloria, Santo Cordero. Es de destacar el ofertorio por alegrías titulado Tengo por ofrecerte, de un enorme contenido simbólico teológico compuesto por el actual Director del coro.
En el 2003, se sumarían al repertorio las inspiraciones de unas sevillanas Al amanecer, una rumba, En la despedida, y un rítmico Ten piedad para la liturgia. Con motivo de las fiestas de octubre el coro recuperó la tradición de la campanilla consistente en recorrer las calles del barrio antes del Rosario de la Aurora de la Santísima Virgen convocando a los vecinos al rezo con las coplas de convocatoria.
Con motivo de la celebración del CCLXXV Aniversario de la aprobación canónica de la Hermandad, para la Novena celebrada en octubre, el coro optó por preparar una serie de cantos clásicos totalmente apartados del estilo imperante. Con este motivo el hermano Francisco Javier Segura Márquez compuso unas Coplas a Nuestra Señora del Rosario y la música para un Magníficat.